Cicatrices

Yo no vivo en una ciudad
de rutas impecables,
de asfaltos tersos
satinados,
que brillan y reflejan
la luz del sol.

Mis calles,
que a penas
con esfuerzo
sostienen nuestros sueños,
están llenas
de grietas
y de baches,
con enmiendas
que intentan,
no sin cierto
sentido de lo heroico,
camuflar los
innumerables
vacíos,
los trechos
inconclusos
por los que pasamos
día a día.

Cada cierto tiempo,
varios hombres
son contratados
para abrir
más hoyos,
taladrar la piel oscura,
injertar tubos,
remiendos,
tapando,
volviendo llenar,
extraño juego
interminable:
Llenar la ciudad
de cicatrices,
hacerla nuestra
marcando
las pausas
y los espacios
con que
escribimos
nuestra historia.

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