El mar en su nombre
Obertura Mar tranquilo y próspero viaje de Mendelssohn
El mar en la ciudad
recorre imperceptible
las calles y avenidas,
colándose entre los charcos,
viajando en tuberías,
grácil, divertido
escondiendose,
entre la tinta azul
de las plumas-fuente.
El mar,
que habita cerca,
se entretiene, anónimo
en este océano
de asfaltos y calles,
de corrientes infatigables
que transportan
sueños y personas,
en un mar,
de pensamientos,
buscando equilibrio,
inmensidad.
El mar habita tu nombre,
comparte tus preguntas
y el destierro,
y en ciertos días del año,
se congrega sigiloso
a fuerza de tormentas,
acumulandose en tus ojos
desprendiendo,
de cuando en vez,
lágrimas que saben a sal.
El mar en la ciudad
recorre imperceptible
las calles y avenidas,
colándose entre los charcos,
viajando en tuberías,
grácil, divertido
escondiendose,
entre la tinta azul
de las plumas-fuente.
El mar,
que habita cerca,
se entretiene, anónimo
en este océano
de asfaltos y calles,
de corrientes infatigables
que transportan
sueños y personas,
en un mar,
de pensamientos,
buscando equilibrio,
inmensidad.
El mar habita tu nombre,
comparte tus preguntas
y el destierro,
y en ciertos días del año,
se congrega sigiloso
a fuerza de tormentas,
acumulandose en tus ojos
desprendiendo,
de cuando en vez,
lágrimas que saben a sal.
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